Un
psicópata vengativo
José
Luis Carrasco Perea.
Actos
como éstos son cometidos por una persona que tiene una desviación de la
personalidad, no por un enfermo mental.
Suelen
tener algún tipo de idea fanática en su cabeza, que conlleva mucho
resentimiento, o bien se creen justicieros o creen que tienen alguna
justificación para hacer lo que han hecho.
Tienen
rasgos como la falta de consideración por los demás, falta de sentimiento
moral, egocentrismo, resentimiento o falta de empatía y además son incapaces de
tener o establecer vínculos profundos con las personas, a pesar de que se
relacionen con mucha gente.
Es
sin duda, un acto fanático donde se ha intentado hacer daño a través de los
niños y está guiado, seguramente, por el resentimiento.
Las
víctimas son lo preocupante.
Los
niños probablemente tendrán un trauma, ya que han pasado por una vivencia
traumática, provocada por el miedo a la indefensión, y en función de la
personalidad y características de cada uno, lo superarán antes o después,
aunque la mayoría necesitarán asistencia psicológica.
También
habrá que atender a los padres, que, aunque no lo hayan vivido, también será
traumático para ellos. Los padres de los niños fallecidos sentirán una
sensación de inutilidad y de odio recibido al saber que uno está indefensamente
abierto al mal y que alguien puede asesinar a tu hijo sin ninguna razón. Hay
que plantearse el uso que hacemos la sociedad de esta masacre y el enfoque que
le damos, porque aunque produce repulsa en personas normales, en los psicópatas
produce envidia.
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